Las infecciones pulmonares menores suelen ser virales, lo que significa que el cuerpo debe combatir el virus con el apoyo de medicamentos de venta libre y descanso, según HowStuffWorks. La bronquitis es un tipo de infección viral de los pulmones.
Hay formas en que una persona puede ayudar al cuerpo mientras combate una infección viral de los pulmones, como descansar, beber agua, respirar aire fresco y mantenerse caliente, explica HowStuffWorks. Los medicamentos de venta libre, como los descongestivos, los remedios para la tos y los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos también pueden ayudar. Los médicos generalmente no prescriben antibióticos para las infecciones pulmonares a menos que la causa sea una bacteria, ya que el cuerpo puede desarrollar una resistencia al medicamento.
La neumonía es una infección pulmonar que generalmente es una infección bacteriana y es grave, por lo que la hospitalización puede ser necesaria, afirma HowStuffWorks. Dado que la neumonía se debe a una bacteria, los médicos recetan antibióticos como la eritromicina, la amoxicilina, la roxitromicina y la doxiciclina.
Los antibióticos generalmente tienen una alta tasa de éxito en el tratamiento de la neumonía, señala WebMD. Cuanto antes comience el tratamiento, mayor será la tasa de éxito. En ciertos casos, si los antibióticos no tratan la infección, una persona puede requerir hospitalización. Otros que pueden requerir hospitalización por neumonía son los ancianos, los que tienen afecciones como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el dolor en el pecho o los que no pueden cuidarse a sí mismos. Además, los que tienen enfermedades graves y los que no pueden retener los alimentos también pueden requerir hospitalización por neumonía.
Otro tipo de infección pulmonar es la infección respiratoria aguda, también causada por un virus, afirma Healthline. Aunque no se puede curar, los síntomas se pueden tratar y se pueden prevenir infecciones secundarias. Si no se trata, puede provocar insuficiencia cardíaca respiratoria o congestiva. Los síntomas incluyen congestión, tos, dolor de garganta, dolor de cuerpo y dificultad para respirar. La mejor manera de tratar esta afección es prevenirla con una buena higiene y una dieta rica en vitamina C.
Las infecciones del tracto respiratorio superior que incluyen los pulmones y la tráquea a menudo se resuelven por sí solas con la ayuda del sistema inmunológico del cuerpo, dice MedicineNet.com. Sin embargo, a veces la condición puede empeorar, pasando de la tos y el dolor de garganta a la dificultad para respirar y tragar. Si esto sucede, puede provocar hipoxia o falta de oxígeno, deshidratación, confusión y enfermedades cardíacas. Una persona necesita ver a un médico si el tracto respiratorio superior dura más de unas pocas semanas.