El nivel de oxígeno en la sangre se mide utilizando la oximetría de pulso, un procedimiento no invasivo diseñado para monitorear el suministro de oxígeno a los tejidos periféricos, dice Johns Hopkins Medicine. La oximetría de pulso utiliza la coloración de la hemoglobina y la pulsación del flujo sanguíneo para medir el nivel de oxígeno en la sangre.
Para medir el nivel de oxígeno de la sangre, un dispositivo de oximetría de pulso controla la sangre altamente oxigenada y menos oxigenada y resuelve la diferencia, explica Johns Hopkins Medicine. Primero, una sonda se une a un dedo u otra parte pequeña del cuerpo. Utiliza una fuente de luz y un detector de luz ubicado en lados opuestos de la parte del cuerpo para medir la cantidad de sangre rica en oxígeno. La hemoglobina sin oxígeno absorbe una gran parte de la luz roja proveniente del dispositivo, mientras que la hemoglobina rica en oxígeno absorbe más luz infrarroja. El detector de luz evalúa la cantidad de cada tipo de luz. La diferencia entre ellos corresponde al nivel de oxigenación de la sangre, que el dispositivo calcula y muestra.
La oximetría de pulso es un procedimiento indoloro y no invasivo, y como tal no conlleva riesgos significativos, señala Johns Hopkins Medicine. El uso del dispositivo durante períodos prolongados puede dañar el tejido, y el adhesivo utilizado puede irritar la piel en algunos casos, pero no existen otros riesgos.