¿Cómo se forman las rocas?

Las rocas se forman de tres formas principales, y cada método produce rocas con características diferentes. Las rocas se clasifican como sedimentarias, ígneas o metamórficas, según la forma en que se formaron. La mayoría de las rocas encontradas en la vida cotidiana son sedimentarias, aunque algunas rocas ígneas, como el granito, también son comunes.

Las rocas sedimentarias se forman durante miles o millones de años a medida que las partículas finas se comprimen para formar piedras. A medida que las capas se acumulan, imparten una presión increíble en las capas inferiores. Arenisca, piedra caliza, pizarra y yeso son ejemplos de rocas sedimentarias. Las rocas sedimentarias a menudo se forman en deltas y ríos porque el flujo constante del río arrastra los sedimentos del lecho del río y los deposita en un área confinada.

Las rocas ígneas se forman cuando las rocas fundidas se enfrían. El magma y la lava que se desprenden de los volcanes son las dos fuentes más comunes de rocas ígneas. El granito, la piedra pómez, la obsidiana y la escoria son ejemplos de rocas ígneas.

Las rocas metamórficas comienzan como rocas ígneas o sedimentarias. A veces, tales rocas terminan siendo movidas hacia las partes más profundas de la corteza terrestre, donde las temperaturas son altas y las presiones extremas. Estas condiciones inusuales sirven para calentar y cambiar las rocas. Mármol, pizarra y gneis son ejemplos de rocas metamórficas.