La oración del Ave María es la siguiente: "Ave María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santo. María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Los católicos han usado esta oración por más de 1,000 años.
La oración se basa en dos relatos bíblicos del Evangelio de Lucas: el ángel Gabriel saludó a María como "llena de gracia" en Lucas 1:28, y en Lucas 1:42 la prima de María, Isabel, la saluda bendecida entre las mujeres y "Bendito es el fruto de tu vientre". La Iglesia Católica siempre ha alentado a los fieles a ofrecer oraciones a María. Según la tradición católica, María, como la madre de Jesucristo, es una santa especialmente poderosa para invocar, ya que Cristo siempre fue obediente a su madre durante su tiempo en la tierra. El catecismo de la Iglesia católica describe a María como la encarnación perfecta de la fe, la esperanza y la caridad cristianas. Ella es considerada la madre de todos los cristianos en el orden de la gracia, pero la iglesia enseña que sus roles como "Defensora, ayudante, benefactora y mediadora" no ocultan los méritos de Jesucristo, ya que su poder de intercesión depende completamente de Cristo. /p>