Un temblor puede servir como una señal de advertencia para algunas afecciones, como la enfermedad de Parkinson, el envenenamiento por mercurio, la tiroides hiperactiva y la insuficiencia hepática, señala MedicineNet. Algunos trastornos neurológicos que pueden producir un temblor incluyen esclerosis múltiple, accidente cerebrovascular, lesión cerebral traumática y una variedad de trastornos neurodegenerativos que afectan directamente el funcionamiento del tronco cerebral o del cerebelo. Sin embargo, los temblores suelen aparecer en los seres humanos y, en su mayoría, se producen en individuos por lo demás sanos.
Dado que algunos temblores experimentados por personas de todas las edades no tienen una causa conocida, los temblores de las manos no necesariamente indican una enfermedad adicional, según MedicineNet. Los temblores pueden ser un síntoma de un trastorno neurológico, un efecto secundario de ciertos medicamentos o un rasgo hereditario que se encuentra en la familia del paciente.
Aunque los temblores en su mayoría no son potencialmente mortales, un temblor es un trastorno nervioso caracterizado por temblores incontrolables y puede ser embarazoso e inconveniente. Si se descubre un temblor, obsérvelo cuidadosamente antes de consultar a un médico, teniendo especial cuidado para determinar lo que parece agravar o aliviar la condición, informa WebMD. Por ejemplo, el temblor esencial se produce durante los movimientos cotidianos, como levantar una taza, señalar un objeto o sostener un lápiz; no causa sacudidas cuando la persona no se está moviendo.