Los murciélagos se comunican entre sí mediante la ecolocación, el uso de sonidos de muy alta frecuencia. El uso del sonido permite a los murciélagos visualizar objetos de cualquier tamaño en su entorno.
Los murciélagos crean sonidos a través de sus bocas, pero algunos murciélagos producen sonidos a través de sus narices. Sus oídos sensibles captan el sonido que se refleja en los objetos que los rodean. Se basan en la ecolocación no solo para la comunicación, sino también para la navegación. La ecolocación les permite reconocer el tamaño de cualquier objeto.
Los murciélagos también pueden determinar la distancia de las cosas según el tiempo que tardan los sonidos reflejados en llegar a sus oídos. Los murciélagos emiten ultrasonidos consecutivos y fuertes que fluctúan de alta a baja frecuencia. Esto les ayuda a identificar y capturar fácilmente presas cercanas y evitar obstáculos en el camino.
Los murciélagos generan una velocidad increíble de 200 pulsos por segundo a frecuencias extremadamente altas que son prácticamente inaudibles para el oído humano. El rango de audición de los humanos es de alrededor de 20 hertz a 15 a 20 kilohertz, dependiendo de la edad. En contraste, los murciélagos son capaces de escuchar sonidos de hasta 110 kilohertz en frecuencia.
Más de 800 especies de murciélagos utilizan diferentes patrones de frecuencia. Las diferentes especies de murciélagos utilizan rangos de frecuencia particulares según su entorno y tipo de presa. Los científicos pueden identificar varias especies escuchando los sonidos de los murciélagos usando detectores de murciélagos.