Los lobos se comunican a través del lenguaje corporal, las vocalizaciones y su sentido del olfato. Las vocalizaciones a menudo toman la forma de aullidos, ladridos o gemidos, y son una parte importante de la cultura del lobo. Los lobos transmiten principalmente mensajes a través del lenguaje corporal y la postura. Una de las cosas importantes que comunican es el estatus social. Los lobos hacen valer su dominio tapándose los dientes, aplanando sus orejas o portando una cola levantada.
Los lobos huelen los cuartos traseros de otros lobos para determinar su salud, estado reproductivo y características similares. Además, los lobos usan su orina para comunicar mensajes a otros lobos. Los lobos orinan en árboles y rocas en su territorio para comunicar que el territorio está ocupado. Esto ayuda a disuadir a otros lobos de invadir su territorio. A veces, los lobos incluso intentan comunicarse con ellos mismos orinando en depósitos de alimentos agotados. Esto evita que gasten la energía para desenterrar el caché sin ninguna razón, y es algo similar a la forma en que los humanos pueden dejar un recordatorio en el refrigerador.
Debido a que los lobos son comunicadores efectivos, han podido evolucionar estructuras sociales muy intrincadas. Estas adaptaciones sociales permiten que los lobos formen manadas, lo que a su vez les permite derribar presas muy grandes.