Las serpientes se adaptan a sus entornos de diversas maneras, incluido el hecho de que crecen más tiempo, dependen de su sentido del olfato en lugar de la vista o adoptan un color que imita al de las serpientes más venenosas. Las serpientes también se adaptan físicamente. Características que les permiten moverse rápidamente a través de su hábito natural. Algunas adaptaciones de serpientes tuvieron lugar relativamente temprano en la evolución de la serpiente, pero otras adaptaciones continúan teniendo lugar.
Una de las habilidades más útiles de una serpiente es la capacidad de oler con su lengua. Confiando en su lengua bifurcada, una serpiente puede decir fácilmente en qué dirección se encuentra su presa. Esta adaptación ocurrió para permitir que las serpientes cazen durante el anochecer y el amanecer cuando la visibilidad es baja.
En Australia, la presencia de un sapo tóxico no nativo ha obligado a muchas serpientes a adaptarse. En respuesta a esta criatura, muchas serpientes australianas han crecido más. Según los científicos, la longitud adicional le da a las serpientes la capacidad de digerir esta serpiente sin verse afectada por su veneno.
Las serpientes que comen presas grandes tienen mandíbulas adaptadas que les permiten hacerlo. Para permitir que la mandíbula se abra lo más ancha posible, solo se conecta al cráneo de la serpiente con un poco de ligamento. Una vez que la presa está dentro, la serpiente crea espacio adicional para tragar desplazando su tubo de respiración, otra adaptación útil.