Los conejos generalmente saltan usando un modo de andar al galope, durante el cual las patas traseras aterrizan juntas en pares hacia adelante y hacia afuera de las patas delanteras. Usan este modo de andar si se mueven rápida o lentamente. Los conejos también caminarán cuando exploren cuidadosamente un área nueva.
Los sistemas esquelético y muscular del conejo están altamente adaptados a este estilo de movimiento. Sus espinas contienen huesos alargados a lo largo de la región abdominal, lo que les permite flexionar y comprimir fuertemente mientras se delimitan. Sus miembros posteriores son mucho más largos que sus miembros anteriores, con la mayor parte de la longitud de la pierna formada por los huesos debajo de la rodilla, el peroné y la tibia. Unido a estos huesos y al fémur, el hueso de la pierna por encima de la rodilla, son músculos extremadamente poderosos.
Además, el esqueleto de conejo en su conjunto es ligero. Compone, en promedio, el 8 por ciento del peso de un animal, en comparación con el 12 por ciento para el gato doméstico de tamaño similar. Esta reducción de peso facilita que el animal se despegue del suelo y se mueva rápidamente cuando está en peligro.
Bounding ejerce mucha presión sobre la espalda de un conejo, y debido a que el esqueleto es tan delicado, los conejos son propensos a fracturarse las vértebras espinales.