La jirafa se adapta a su hábitat al poder alcanzar alimentos altos con su cuello largo y cuerpo alto. Esto le da una ventaja en tiempos de escasez de alimentos y sequía cuando el único sustento es el máximo alto en los árboles.
Otra adaptación de la jirafa es su vista. La vista aguda junto con el cuello largo y la altura de la jirafa le dan una ventaja cuando se trata de mantenerse por delante de los depredadores. Puede ver largas distancias y detectar leones deslizándose por los pastizales.
Sin embargo, el cuello largo de la jirafa hace que sea difícil beber de los estanques y charcos. Para que pueda beber, debe separar sus piernas lo suficientemente separadas para que su cabeza alcance el suelo. La jirafa se ha adaptado a esta dificultad bebiendo del rocío y obteniendo gran parte de su agua de los alimentos que come. También puede pasar largos periodos de tiempo sin agua. Además, cuando se agacha para beber, el cuello tiene una colección especial de válvulas que evitan que el torrente de sangre deje a la jirafa inconsciente
A pesar de la apariencia desgarbada de la jirafa, sus largas piernas lo ayudan a huir de los depredadores. Puede alcanzar velocidades de hasta 35 millas por hora.