Según PetMD, la reacción tóxica al veneno de las ranas y los sapos es una enfermedad común en los perros que puede ser letal si no se trata de inmediato. Es crucial buscar atención veterinaria de inmediato para limitar la cantidad de toxinas absorbidas en el sistema del perro. El veterinario limpia la boca del perro y controla de cerca el ritmo cardíaco, la temperatura y otras funciones vitales.
La probabilidad de intoxicación tóxica mortal depende en parte de la ubicación geográfica y del tipo de anfibios que el perro ha comido. Las ranas y los sapos a menudo se confunden entre sí, y ciertas especies de sapos son extremadamente venenosas. Según el Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad de Illinois, los sapos generalmente excretan niveles más altos de toxinas que las ranas. El sapo bufo es común en Texas, Florida y Hawai, mientras que los residentes de Colorado deben desconfiar de los sapos gigantes y del río Colorado.
Los síntomas de envenenamiento severo incluyen espuma en la boca, vómitos, convulsiones y latidos cardíacos irregulares, según el Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad de Illinois. De acuerdo con PetMD, además de enjuagar la boca y vigilar los signos vitales, la atención veterinaria puede incluir intentos de limitar la producción de saliva y el tratamiento anestésico para reducir el dolor. La fatalidad es probable si el perro no se trata adecuadamente, pero el perro puede sobrevivir con cuidado inmediato.