¿Cómo se adaptan las aves a su entorno?

Las aves han desarrollado una variedad de adaptaciones biológicas y de comportamiento para prosperar en su hábitat natural. Cada especie de ave tiene diferentes alas, patas y picos dependiendo de su entorno y hábitos de alimentación. Algunos desarrollan sentidos agudos, como la mejora del seguimiento olfativo y auditivo.

Las aves marinas, como los cormoranes y los pelícanos, viven y se alimentan en el mar. Tienen bolsas distensibles y billetes largos y aplanados que usan para engullir peces. Los pelícanos usan sus largos billetes para sumergirse y recoger peces debajo del agua, mientras que los cormoranes persiguen a sus presas bajo el agua y los enganchan a sus picos. Los pingüinos, otra ave marina, no pueden volar, pero sus cuerpos aerodinámicos les permiten nadar, bucear y buscar su alimento en las profundidades del océano.

Las aves del desierto residentes se han adaptado en gran medida a vivir en el clima árido. Los correcaminos tienen pies largos y fuertes que solían correr y atrapar presas rápidamente. La fisiología del ave se adapta al ambiente seco al entrar en un estado de hipotermia en la noche, lo que permite al correcaminos conservar energía y perder calor. Por la mañana, agita sus plumas y expone su piel oscura hacia el sol para absorber el calor.

El buitre de Turquía puede pasar días sin comer y quema poca energía a lo largo del día deslizándose en el aire sin batir las alas. En comparación con otras aves, los buitres tienen un notable sentido del olfato, que utilizan para ubicar alimentos a kilómetros de distancia.