Las lombrices de tierra respiran aire a través de su piel, que difunde el oxígeno del ambiente circundante. La humedad es vital para la lombriz de tierra, ya que permite la retención de oxígeno mientras se expulsa el dióxido de carbono. La mucosidad secretada por la piel de la lombriz ayuda a prevenir la desecación, un estado de sequedad extrema.
Las lombrices de tierra varían en tamaño por especies. Algunas especies miden menos de media pulgada de largo, mientras que otras pueden crecer hasta casi 10 pies de largo. Todas las lombrices de tierra son hermafroditas y se reproducen sexualmente. Las lombrices de tierra son extremadamente beneficiosas para la calidad del suelo debido a su excavación y su consumo de material orgánico muerto. La importancia de la lombriz en la ecología también se extiende a su lugar en la cadena alimenticia, donde muchos otros animales dependen de ella para su sustento.