La forma más precisa de determinar si una mujer embarazada está teniendo un hijo es a través de procedimientos médicos como la amniocentesis, el muestreo de vellosidades coriónicas y las pruebas de ADN fetal, explica WebMD. El ultrasonido también es una opción, pero no es tan preciso.
Aunque ciertos procedimientos médicos pueden identificar el sexo de un feto, las pruebas están destinadas a descubrir trastornos cromosómicos y otros factores genéticos. Debido a que algunas de estas pruebas conllevan un pequeño riesgo de aborto espontáneo, estos métodos solo se realizan si la madre entra en una categoría de riesgo específica, afirma BabyCenter.
Un ultrasonido a las 20 semanas puede descubrir el sexo del feto, pero en ocasiones el técnico no puede ver bien los genitales y la imagen puede leerse mal. Los profesionales utilizan el ultrasonido para medir el crecimiento fetal, la posición, la salud y los niveles de líquido amniótico. Descubrir el género fetal es simplemente una ventaja, y el procedimiento no se recomienda solo para determinar el sexo del feto, señala WebMD.
Si una mujer no necesita o no desea una prueba prenatal, puede considerar algunos mitos inofensivos para determinar el género de un feto, señala Parenting. Por ejemplo, si la frecuencia cardíaca fetal es superior a 140 latidos por minuto, es una niña, si es menos, es un niño, según el dicho. Se piensa que las madres que anhelan alimentos salados o agrios tienen más probabilidades de tener un niño. Para aquellos con un diente dulce o náuseas matutinas extremas, lo más probable es que una niña sea la causa. A pesar de que estos síntomas poseen un cierto grado de precisión para determinar el género fetal, los futuros padres no deben elegir un color azul o rosa de vivero basado en estas suposiciones.