El síndrome de Stevens-Johnson comienza con síntomas similares a los de la gripe, pero a medida que avanza, la condición causa ampollas, dolor en la piel que se desprende y ojos rojos y llorosos, según WebMD. Recibiendo tratamiento de inmediato para esta condición rara es importante para evitar que el cuerpo sufra daños permanentes.
Cuando un paciente tiene el síndrome de Stevens-Johnson, su piel se vuelve púrpura o roja y comienza a pelarse, informa WebMD. Las ampollas se forman en la boca, piel, nariz y genitales. Dentro del cuerpo, también se forman ampollas, lo que dificulta orinar, tragar o comer.
Los medicamentos con mayor frecuencia causan el síndrome de Stevens-Johnson, afirma WebMD. Se sabe que más de 100 medicamentos causan la afección, incluidos los medicamentos utilizados para tratar la gota, las convulsiones y las enfermedades mentales. Los analgésicos de venta libre también pueden ser los culpables, así como los antibióticos sulfa.
El síndrome de Stevens-Johnson también ocurre en pacientes con neumonía o herpes, especialmente en niños, informa WebMD. Los factores de riesgo incluyen tener el VIH u otra afección relacionada con el sistema inmunológico, una predisposición genética y un tratamiento de radiación. Los pacientes previamente diagnosticados con el síndrome de Stevens-Johnson son susceptibles de tenerlo nuevamente.
Un paciente con Stevens-Johnson suele ser hospitalizado, dice WebMD. Los médicos comienzan tratando la causa de la afección, ya sea deteniendo el medicamento o eliminando la infección. Tratan los síntomas del síndrome de Stevens-Johnson, previenen infecciones y le dan al paciente abundantes líquidos para ayudar a curar la piel.