Las células musculares producen ATP anaeróbicamente durante los períodos de ejercicio rápido. La ATP es la energía necesaria para que se produzca la actividad celular. Generalmente, el oxígeno se usa para producir ATP en un proceso llamado respiración aeróbica. Cuando no se dispone de oxígeno para descomponer los carbohidratos que permiten la contracción muscular, el cuerpo continúa creando ATP a través de la respiración anaeróbica. La respiración anaeróbica produce menos producción de ATP y en el producto de desecho ácido láctico.
El trifosfato de adenosina es un portador de energía. La eliminación de uno de los fosfatos del ATP crea difosfato de adenosina (ADP). El proceso de eliminación de un fosfato libera energía. Esta energía es utilizada por el cuerpo para llevar a cabo todas las funciones celulares.
El proceso de hacer ATP comienza con la descomposición de la glucosa. El primer paso en este proceso es la glucólisis. La glucólisis se produce en el citoplasma durante la respiración aeróbica y anaeróbica. Si hay oxígeno presente, el proceso continúa y se completa en las mitocondrias, creando una abundancia de ATP. Si el oxígeno no está presente, el proceso continúa en el ciclo TCA. Este proceso anaeróbico crea solo el 5 por ciento de la energía creada cuando el oxígeno está presente. Cuando las células musculares agotan su suministro de oxígeno, deben usar la respiración anaeróbica para continuar funcionando.