Las plantas producen oxígeno utilizando energía de la luz para convertir el agua y el dióxido de carbono en moléculas de azúcar y oxígeno. Esto ocurre durante el proceso de la fotosíntesis.
Las células vegetales contienen orgánulos llamados cloroplastos. Estos orgánulos contienen clorofila, que ayuda a absorber la energía del sol. Durante la fotosíntesis, las plantas utilizan esta energía para convertir el dióxido de carbono y el agua en azúcar. El resultado final de esta reacción es una molécula de azúcar y seis moléculas de oxígeno, según Janet L. Stein Carter, de la Universidad de Cincinnati-Clermont College.
Cuando se completa la fotosíntesis, las plantas liberan oxígeno en el aire. Los animales inhalan este oxígeno cuando inhalan y liberan dióxido de carbono cuando exhalan. Las plantas usan el dióxido de carbono exhalado por los animales para continuar el ciclo del oxígeno.