Un anfibio digiere los alimentos a través de su canal alimentario, que se compone de su boca, esófago, estómago, intestinos y cloaca. El estómago de un anfibio secreta jugos gástricos útiles para descomponer los alimentos. Los alimentos fluyen desde el estómago hacia la primera sección del intestino delgado, llamada duodeno, a través del movimiento controlado por el músculo del esfínter pilórico. La bilis, secretada por el hígado y almacenada en la vesícula biliar, digiere las grasas.
Una rana es un anfibio. Según Bright Hub Education, las ranas no mastican alimentos como otros animales, por lo que es necesario que sus sistemas digestivos funcionen de manera óptima. El sistema digestivo de los anfibios se compone de dos partes: el canal alimentario y las glándulas digestivas. El canal alimentario proporciona el entorno físico para la digestión de los alimentos, mientras que las glándulas digestivas producen sustancias químicas que facilitan la descomposición de las partículas de alimentos. Los anfibios producen jugo pancreático en el páncreas y lo utilizan para descomponer los alimentos en el intestino delgado.
Un estudio del canal alimentario de un anfibio publicado por la Sociedad Americana de Ictiotistas y Herpetólogos mostró que el tamaño del intestino delgado de un anfibio depende de la dieta. Se demostró que los anfibios que dependían de alimentos puramente vegetales tenían un intestino largo, mientras que los que comían exclusivamente carne tenían uno más corto. Los animales que comían una dieta mixta tenían un intestino de longitud media.