Cuando la luz alcanza los bastones y los conos de la retina en la parte posterior del globo ocular, se producen una serie de reacciones químicas complejas que forman la rodopsina química que convierte la luz en impulsos eléctricos, según la Visión para el mañana. Fundación. Los impulsos eléctricos viajan al nervio óptico.
El nervio óptico, que es una colección de fibras nerviosas de la retina, conduce los impulsos eléctricos al abismo óptico del cerebro, según la Fundación Visión para el Mañana. La mitad de las fibras nerviosas de la retina de la mitad interna de cada retina se cruzan hacia el otro lado del cerebro. Las fibras nerviosas se encuentran en el lóbulo occipital en la parte posterior del cerebro. La visión es interpretada por el cerebro en la corteza visual primaria.
Cada vástago y cono, que son fotorreceptores, en la retina está conectado al nervio óptico por una pequeña rama nerviosa, de acuerdo con la edición de manual de Merck.
La retina, un tejido nervioso complejo y de múltiples capas, cubre dos tercios de la parte posterior del globo ocular, según la Enciclopedia Británica. La retina es una extensión del cerebro que se formó a partir del tejido neural. Entre y dentro de las capas retinianas, se producen sinapsis complejas para ensamblar los impulsos nerviosos generados por los bastones y conos en un patrón coherente.