Una batería de limón usa el jugo dentro del limón como un electrolito para facilitar que los electrones se muevan entre un par de electrodos insertados en la fruta. Estos deben ser dos metales diferentes, como una moneda de cobre Clavo recubierto de zinc. Completar el circuito crea una corriente eléctrica débil.
Dentro del limón, la solución de electrolito reacciona con el electrodo de zinc, liberando los electrones que pasan a través de la solución al electrodo de cobre. Allí, los electrones libres se combinan con los átomos de hidrógeno, produciendo burbujas de gas de hidrógeno. Este proceso puede producir un voltaje débil si los dos electrodos están conectados en un circuito. Con el tiempo, la reacción química degrada el electrodo de zinc y agota el electrolito, inutilizando la batería.
La cantidad de electricidad generada por una batería de limón puede variar según las características individuales de la fruta. Además, el maquillaje de la uña y el centavo puede alterar las características de la batería, ya que muchos de estos artículos están hechos con aleaciones en lugar de metal puro. En la mayoría de los casos, una sola celda de limón proporciona un poco menos de un voltio de energía. Sin embargo, los limones se pueden conectar en serie para proporcionar un voltaje más alto, adecuado para iluminar LED o para conducir dispositivos de demostración simples de baja potencia.