En microscopía, la profundidad de campo se refiere al rango de distancia que corre paralelo al eje óptico donde la muestra puede moverse y aún verse sin afectar negativamente la claridad del objeto bajo observación. La profundidad de campo determina la extensión vertical del plano de enfoque, que generalmente se mide en micrones.
En varios campos científicos, un microscopio es una herramienta importante para ver y examinar objetos que son demasiado pequeños para ser vistos a simple vista. Uno de los componentes básicos de un microscopio es un ocular o lente ocular. Una pieza nasal, que tiene varias lentes objetivas, se encuentra debajo del ocular. Las lentes objetivas están calibradas en diferentes niveles de aumento. Dependiendo de la ampliación que deba verse la muestra, la boquilla se puede girar fácilmente y la lente del objetivo puede colocarse en su lugar. Otras partes incluyen una plataforma mecánica, un condensador de subestapa, un diafragma de iris, un iluminador de subpaso, un reóstato y dos botones que se ajustan para enfocar la muestra.
Al ver un objeto, la ampliación global se calcula multiplicando el valor de las lentes oculares por el valor de las lentes objetivas. La ampliación total es indirectamente proporcional a la profundidad de campo. A medida que aumenta la ampliación, se reduce el poder de resolución axial de un objetivo, que es la profundidad de campo.