El sol calienta la Tierra al iluminarla e irradia calor hacia ella. La atmósfera absorbe el calor y lo mantiene cerca de la superficie de la Tierra donde puede sostener la vida. Sin el calor y la energía del sol, la vida en la Tierra no existiría. La energía luminosa no solo calienta el planeta, sino que también aporta las calorías que consumen todos los seres vivos del planeta.
Varios tipos de luz brillan en la Tierra gracias al sol, incluida la luz infrarroja, la luz ultravioleta y la luz visible. Debido a que es energía simple, la luz se transforma en calor una vez que alcanza la superficie de la Tierra. Esta es la razón por la que la temperatura es más cálida cuando el sol brilla.
Además de los rayos de luz, el sol también emite radiación en forma de rayos X, microondas y ondas de radio. Cuando la radiación llega a la atmósfera, las moléculas de la atmósfera se calientan, haciendo que las moléculas a su alrededor también se calienten. El proceso que hace que la atmósfera se caliente se llama conducción, según UCSB ScienceLine. Debido a que no hay partículas atmosféricas con las que interactúe la radiación en el espacio, permanece bastante fría a pesar de que la energía que calienta la Tierra pasa a través de él.