Las glándulas inflamadas en el cuello son comúnmente ganglios linfáticos que responden a analgésicos de venta libre, compresas tibias y descanso adecuado, según la Clínica Mayo. Infección, cáncer o trastornos inmunitarios.
La aspirina, el paracetamol y el ibuprofeno ayudan a aliviar las glándulas inflamadas. Sin embargo, es importante evitar dar aspirina a niños y adolescentes debido a su relación con el síndrome de Reyes, según la Clínica Mayo. Este síndrome, aunque es raro, afecta la sangre, el hígado y el cerebro de los niños que se están recuperando de infecciones virales.
El calor cálido y húmedo ayuda a aliviar el dolor de los ganglios linfáticos inflamados. La Clínica Mayo recomienda una compresa tibia con un paño humedecido en agua tibia, escurrido y aplicado sobre la piel por encima de la glándula.
Cuando el cuerpo lucha contra una infección, requiere un descanso adicional, según la Clínica Mayo. A medida que el cuerpo se cura de la infección que causa la inflamación, la inflamación y el dolor de la glándula desaparecen.
Si los ganglios linfáticos inflamados se deben a una infección bacteriana, un médico a menudo prescribe antibióticos para tratar la condición subyacente. Si se debe a un virus, los antibióticos no ayudan, según la Clínica Mayo. Cuando la hinchazón se debe a un trastorno inmunológico, el tratamiento del trastorno alivia la hinchazón.