Varios estudios indican que la exposición prolongada a la violencia en los medios de comunicación ha insensibilizado a los actos violentos. Además, los niños en particular demuestran un comportamiento más agresivo, incluso después de una exposición a corto plazo a la violencia en los medios.
Un número creciente de expertos reconoce el vínculo entre los delitos violentos en los Estados Unidos y la cantidad de violencia a la que las personas están expuestas a través de los medios de comunicación. Se estima que el 99 por ciento de los hogares estadounidenses tienen al menos una televisión. A partir de 2015, la programación televisiva somete la audiencia total a más de 800 actos violentos por hora. Este total no incluye la exposición a la violencia a través de otros medios, como los videojuegos. Según los críticos, el hecho de que muchos protagonistas en la televisión también resulten violentos para derrotar a los antagonistas constituye un factor de riesgo para la violencia en la vida real.
La Academia Americana de Pediatría cree que no se debe permitir que los niños vean más de dos horas de televisión por día y advierte a los padres que vigilen los hábitos de observación de sus hijos. Los estudios también indican que un porcentaje de la población puede volverse súper sensibilizada a la violencia a través de la sobreexposición de los medios, desarrollando fobias relacionadas con la violencia. Como resultado, tales individuos, particularmente aquellos que ven varias horas de televisión por día, pueden desarrollar tendencias antisociales.