La superpoblación afecta el medio ambiente al ejercer presión sobre recursos como el agua, los alimentos y la energía. La contaminación, la degradación del suelo, la deforestación y la pérdida de biodiversidad son efectos adicionales de la sobrepoblación en el medio ambiente.
La disponibilidad de agua dulce es un problema en la mayoría de los países en desarrollo, y la disponibilidad per cápita de agua dulce ha disminuido en un tercio en los últimos 50 años. Aunque el suministro de agua dulce no es infinito, la población humana aumenta en 1 billón de personas cada 12 años.
La producción y distribución de alimentos también es problemática cuando se necesitan más tierras cultivables para cultivar alimentos. La cantidad de tierra cultivable en la Tierra es limitada, lo que lleva a los agricultores a comenzar a cultivar laderas secas. El resultado es la erosión y la pérdida de nutrientes, que contribuyen a la degradación del suelo. A medida que los agricultores comienzan a usar más pesticidas y fertilizantes químicos para tratar de aumentar los rendimientos, esos químicos pueden crear contaminación del agua.
La deforestación es también el resultado de la necesidad de encontrar más tierras cultivables. El uso de la madera como combustible y la expansión de áreas residenciales en áreas boscosas conducen a la destrucción de los bosques y la pérdida de biodiversidad cuando se destruyen los hábitats naturales de muchas especies de vida silvestre. La superpoblación lleva a una mayor necesidad de fuentes de combustible, incluidos los combustibles fósiles, que contribuyen a la contaminación del medio ambiente.