La estimulación simpática hace que las venas y las arterias se contraigan, lo que a su vez afecta la velocidad del latido del corazón, según Medscape. También afecta la contracción y relajación del corazón.
El ejercicio, la angustia emocional, la deshidratación y la pérdida de sangre hacen que el sistema nervioso simpático estimule el corazón indirectamente a través de los vasos sanguíneos. Esto puede aumentar la frecuencia cardíaca, hacer que se contraiga más y causar una relajación más rápida. A medida que los vasos sanguíneos se estrechan, el corazón tiene que responder mediante el cumplimiento de nuevas demandas físicas.
Los pacientes que se someten a una activación simpática inusual del corazón pueden experimentar dolor en el pecho. Dicho dolor en el pecho puede indicar angina, o puede ser un síntoma de una enfermedad cardíaca.