Algunos ejemplos de cómo se aplica la densidad a la vida cotidiana son la construcción de barcos, los globos de helio, el diseño de tuberías y el hecho de que el hielo flota en el agua. La densidad se define como la masa de un objeto por unidad de volumen.
El ejemplo de densidad común del hielo que flota en el agua se puede atribuir al principio de Arquímedes. El principio establece que un objeto es impulsado por una fuerza que es igual al peso del volumen de líquido que desplaza cuando se coloca en el líquido.
Dos áreas de transporte donde la densidad es importante se encuentran en las industrias de barcos y aviones. Los fabricantes de estos equipos tienen en cuenta las densidades de los materiales utilizados para construir las máquinas, que ayudan a obtener el peso final necesario para mantener el barco o la aeronave a flote en agua o aire.
Los globos de helio son otro ejemplo de la densidad utilizada por el público en general. Son capaces de flotar en el aire porque la densidad del gas helio es más liviana que la densidad del aire. Finalmente, el diseño de la tubería es un área en la que la densidad juega un papel para garantizar que los materiales fluyan a través de la tubería. Los fluidos con mayor densidad son más difíciles de empujar a través de una tubería que aquellos con menor densidad.