El gas de cloro tiene un fuerte olor irritante similar al de la lejía doméstica. El gas de cloro reacciona con el agua en el aire y forma lejía. Estas cantidades de trazas son las que crean el olor.
No es una buena idea oler el gas de cloro. Es venenoso y corrosivo. Se ha utilizado en la guerra química. Cuando se inhala, entra en contacto con el tejido húmedo en el cuerpo. El cloro reacciona con el agua para formar ácidos clorhídrico e hipocloroso, que causan daños en los tejidos.
El olor de una piscina clorada no se debe al cloro. Este olor se debe a sustancias llamadas cloraminas. Se forman cuando el cloro en la piscina reacciona con sustancias como el sudor, el aceite y el maquillaje que se lleva a la piscina en los cuerpos de las personas.