La temperatura ideal para un congelador en términos de costos de energía es entre cero y 5 grados Fahrenheit. Este rango de temperatura garantiza la seguridad de los alimentos y minimiza los costos de electricidad.
Otra forma de reducir los costos de energía del congelador es verificar su colocación en la cocina. Lo mejor es colocar el congelador lejos de la luz solar directa, la estufa o un respiradero de calefacción. Todo esto puede aumentar la temperatura en el aire que rodea inmediatamente al congelador y obligarlo a trabajar más para mantener la temperatura designada, lo que aumenta la factura de la electricidad.
Además, es importante verificar dos veces el sello del congelador. Si una junta está permitiendo que el aire frío se escape, la máquina consume más energía intentando mantener la temperatura deseada. Una forma de probar el sello es colocando un billete de un dólar en la puerta del congelador. Si la factura se puede quitar fácilmente, entonces es probable que el sello deba ser reemplazado.
Otra forma de garantizar que el congelador funcione a una eficiencia energética óptima es descongelarlo al menos dos veces al año, a menos que sea un modelo sin escarcha. Las grandes cantidades de hielo en el congelador aumentan la cantidad de energía utilizada por la máquina.