Aunque normalmente no son peligrosos, los koalas ocasionalmente se defienden cuando están acorralados o amenazados. Sus dientes y garras afilados pueden causar lesiones significativas en humanos u otros animales.
Los koalas subsisten principalmente con hojas de eucalipto, que son alimentos de baja energía. Como resultado, los koalas pasan la mayor parte del tiempo durmiendo y hacen todo lo posible para evitar actividades innecesarias de alta energía. Estos rasgos los hacen bastante seguros porque el comportamiento agresivo desperdicia energía. Los koalas también pesan entre 20 y 30 libras, lo que los hace demasiado pequeños para representar una seria amenaza para la mayoría de los humanos adultos. Sin embargo, los koalas tienen incisivos y caninos afilados como tijeras y mandíbulas fuertes que pueden causar heridas profundas por mordeduras. También tienen garras largas y afiladas que usan principalmente para escalar, pero también pueden usar defensivamente. Si bien los koalas son generalmente lentos, pueden moverse rápidamente durante períodos cortos cuando son amenazados.
Se han documentado ataques de koala en humanos que han resultado en lesiones que requieren atención médica. Las mordeduras y rasguños de koala pueden requerir puntos de sutura, antibióticos y un refuerzo contra el tétanos. Los koalas son más propensos a atacar cuando se sienten acorralados. Las personas que caminan perros en hábitats koala tienen un mayor riesgo de ataque porque los koalas ven a los perros como amenazas. Las koalas hembras también pueden atacar si una persona deambula accidentalmente demasiado cerca de su descendencia. Los expertos sugieren que las personas se mantengan cautelosas y mantengan una buena distancia entre ellas y los koalas salvajes.