Afganistán tiene un tipo primitivo de economía que depende de la agricultura, el comercio ilegal de opio y la ayuda externa. Aunque su abundancia de recursos naturales como el gas natural, el petróleo y muchos tipos de minerales tiene el potencial Haz que sea una nación rica, debido a décadas de guerra, existe poca infraestructura para explotar esta abundancia.
La invasión soviética en 1979, seguida de una guerra casi constante, junto con el régimen represivo de los talibanes, ha dejado a la economía de Afganistán en gran parte disfuncional. Desde 2001, cuando cayó el régimen talibán, la economía ha mejorado principalmente a través de grandes inyecciones de ayuda externa. La agricultura es principalmente a nivel de subsistencia, con la excepción del cultivo de opio, que en algunas provincias es la principal fuente de ingresos. El débil control del gobierno, la corrupción rampante, la falta de infraestructura pública, la criminalidad generalizada y la escasez de agua potable, vivienda y electricidad contribuyen a desacelerar el crecimiento económico. La tasa de desempleo ronda el 35 por ciento.
Las mejoras desde 2001 han sido significativas. La esperanza de vida ha aumentado entre 15 y 20 años, tanto las niñas como los niños asisten a la escuela, la asistencia escolar en general ha aumentado y la red eléctrica y el sistema vial de la nación han mejorado enormemente. Un estudio de transición del Banco Mundial sugiere que el crecimiento económico continuo de Afganistán depende de una situación de seguridad estable.