Los cometas viajan entre 26 millas por segundo y 298 millas por segundo. La velocidad depende de dos factores: la forma de su órbita y su proximidad al Sol en un momento determinado en el tiempo.
Las leyes de Kepler explican la velocidad de los objetos como los cometas que viajan en órbitas elípticas. En términos básicos, cuanto más ancha sea la órbita, más lenta será la velocidad. Una órbita más estrecha da como resultado una mayor velocidad. La velocidad de un cometa también aumenta cuanto más se acerca al Sol. Sin embargo, algunos investigadores teorizan que un cometa que se aproxima a 300 millas por segundo se lanzará a una órbita parabólica o hiperbólica y terminará expulsado del sistema solar.