EE. UU. El imperialismo tuvo diferentes resultados en Cuba, Filipinas y Hawai. Una revolución llevó a una forma de gobierno comunista en Cuba; Filipinas se convirtió en un país independiente; y Hawai se convirtió en un estado de la Unión.
En Cuba, el imperialismo estadounidense se manifestó principalmente en el control de la economía. Una serie de administraciones corruptas que culminaron con la dictadura de Fulgencio Battista llevaron al apoyo popular a la revolución de Fidel Castro, quien marchó a La Habana en 1959 e instituyó un gobierno comunista basado en el de la Unión Soviética. El nuevo régimen confiscó propiedades y negocios de los Estados Unidos y, a cambio, los Estados Unidos impusieron un embargo comercial.
En 1898, la flota española en la bahía de Manila fue derrotada por el almirante Dewey y, a través del Tratado de París, España cedió las Filipinas a los Estados Unidos. El plan de los Estados Unidos siempre fue que su administración fuera temporal. En 1935, en virtud de la Ley Tydings-McDuffie, Filipinas obtuvo el estatus de una comunidad autónoma autónoma. El 4 de julio de 1946, justo después del final de la Segunda Guerra Mundial, la nueva nación se convirtió en la República independiente de Filipinas.
En 1900, los Estados Unidos anexaron las islas de Hawai. La principal actividad en las islas fue la industria azucarera, que dominó la economía hasta que el turismo la reemplazó, según HawaiiHistory.org. Durante la Segunda Guerra Mundial, Hawai estuvo bajo la ley marcial. En 1959, se convirtió en el estado número 50 de los Estados Unidos.