Hay tres eventos principales en los límites de las placas: la formación de volcanes y montañas, y una mayor ocurrencia de terremotos. También hay tres tipos principales de límites de placas: divergentes, convergentes y de transformación.
Las placas consisten en corteza oceánica y corteza continental. Los volcanes se forman en límites divergentes en los que dos placas se alejan una de la otra, y el magma crea una nueva corteza empujando hacia arriba a través del manto de la Tierra. El límite divergente más conocido es la Cordillera del Atlántico Medio, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos. Como una cadena montañosa sumergida, se extiende desde el Océano Ártico hasta el extremo sur de África. Los terremotos que ocurren en límites divergentes suelen ser pequeños y poco frecuentes.
Los límites convergentes son responsables de la construcción de volcanes y montañas. Cuando dos placas se mueven una hacia la otra, una se desliza debajo de la otra. Esto se conoce como convergencia oceánica-continental y produce los sismos más frecuentes e intensos.
El área donde se mueve la densa corteza oceánica debajo de la corteza continental menos densa se conoce como la zona de subducción. La región de las Islas Aleutianas de Alaska es un ejemplo de este tipo de convergencia. La convergencia continental-continental crea algunas de las montañas más altas del mundo, como la cordillera del Himalaya, cuando dos placas continentales se mueven una hacia la otra y chocan.
La zona entre dos placas que se deslizan horizontalmente una sobre otra se conoce como el límite de la placa de transformación. Uno de los más famosos es la falla de San Andrés, que separa la placa de América del Norte al este y la placa del Pacífico al oeste.