Cuando no se mantiene la homeostasis, el cuerpo no puede funcionar correctamente y la enfermedad puede garantizar. La homeostasis es el proceso en el que el entorno interno general del cuerpo se mantiene constante en respuesta a cualquier cambio ambiental externo. Esto implica mantener la estabilidad en diferentes sistemas corporales.
El cuerpo está formado por millones de células que trabajan juntas para mantener el cuerpo funcionando a través de procesos como los sistemas circulatorio, inmunológico, respiratorio, nervioso y endocrino. Por ejemplo, el nivel de glucosa en la sangre es una condición interna regulada por la hormona insulina. Cuando los niveles de azúcar en la sangre son altos y no se pueden controlar, puede provocar diabetes y otras afecciones médicas. Otras condiciones internas que requieren regulación para la homeostasis son la temperatura corporal y el contenido de agua.