Los tratamientos con láser para glaucoma usan un láser frío para reducir la presión intraocular que se acumula en un ojo afectado con glaucoma. El tratamiento ayuda a disminuir la presión ocular en la mayoría de las personas, pero no funciona para todo el mundo. Los tratamientos exitosos generalmente duran de 1 a 5 años.
El glaucoma es una enfermedad durante la cual el líquido en uno o ambos ojos no puede drenar correctamente. La acumulación aumenta la presión dentro del ojo y, si no se trata, provoca una pérdida permanente de la visión.
Se aplica un láser con una absorción de calor significativamente baja (láser frío) al tejido que forma los canales de drenaje para el ojo afectado. El láser causa un cambio químico en el tejido que lo ayuda a drenar de manera más eficiente.
Los tratamientos con láser tienen el potencial de desarrollar irritaciones oculares y visión alterada. La mayoría de las personas que eligen recibir el tratamiento no experimentan cantidades significativas de dolor, pero a veces experimentan irritación ocular. La irritación es temporal y generalmente se resuelve en cuestión de días.
La visión alterada y borrosa es un efecto secundario más común asociado con el tratamiento con láser. La visión borrosa generalmente se aclara dentro de los dos días de tratamiento En casos extremos, las personas experimentan una pérdida de visión que puede ser temporal o permanente. Además, los tratamientos con láser para glaucoma conllevan un mayor riesgo de desarrollar cataratas más adelante.