Control social es un término general que se usa para referirse a las maquinaciones sociales y políticas empleadas para manejar comportamientos individuales y grupales. Una vez efectivamente empleado, el control social proporciona conformidad y cumplimiento con las reglas o leyes establecidas de una sociedad.
Hay diferentes tipos de control social que pueden emplearse. El control social informal no es un conjunto de reglas escritas duras. Estos controles se expresan en la sociedad como normas, costumbres y costumbres. Se espera que las personas que operan dentro de una sociedad entiendan y acepten inherentemente estas reglas, incluso cuando no estén expresadas, y se comporten en consecuencia. Cuando las personas se desvían de las restricciones impuestas por los controles sociales informales, algunas de las ramificaciones incluyen la desaprobación, la discriminación social, la crítica, la vergüenza y el ridículo. Estos tipos de sanciones se utilizan para frenar el comportamiento desviado.
Los tipos de control social formal incluyen leyes, reglas y órdenes. Estos controles generalmente se escriben y pueden cambiar a medida que cambian las necesidades de la sociedad. Las sanciones por violar estos controles sociales incluyen multas, encarcelamiento, otras ramificaciones legales y, en casos extremos, la muerte o el alejamiento de la sociedad. Los controles sociales formales pueden ser manipulados para determinar las normas sociales. Estas determinaciones pueden obligar a sabiendas a ciertos ciudadanos, que se consideran indeseables por no conformidad con las normas, a operar fuera de una sociedad.