La sangre que es visible en las heces, en el papel higiénico o que se encuentra en la taza del inodoro después de una evacuación intestinal es el síntoma más común de las hemorroides internas, según WebMD. La piel anal puede picar debido a la irritación causada por la mucosidad, mientras que las hemorroides grandes pueden causar dolor o molestias.
Una hemorroide grande y abultada ubicada en el canal anal puede hacer que una persona sienta que necesita pasar otra deposición después de defecar, explica WebMD. Se puede experimentar dolor severo si las hemorroides anales se hinchan y son comprimidas por los músculos anales. Si la hemorroide no tiene suministro de sangre, lo que se conoce como hemorroides estranguladas, las personas requieren tratamiento de emergencia. Las hemorroides externas con mayor frecuencia causan dolor rectal. En los casos de hemorroides trombosadas o coaguladas, el dolor se debe a la acumulación de sangre debajo de la piel. También puede haber sangrado después de los movimientos intestinales.
"Las hemorroides se desarrollan como resultado del aumento de la presión en el recto inferior que causa que las venas alrededor del ano se inflamen", afirma la Clínica Mayo. El aumento de la presión rectal puede deberse a largos períodos de tiempo sentado en el inodoro, estreñimiento crónico, esfuerzo durante la defecación, obesidad y embarazo. Las personas con una cantidad insuficiente de fibra en sus dietas, las que tienen relaciones sexuales anales y los ancianos tienen un mayor riesgo de desarrollar hemorroides.