Las mariquitas tienen estrategias defensivas, conchas externas duras, la capacidad de volar, distintas coloraciones y sustancias potentes secretas para protegerse de los depredadores y sobrevivir en sus entornos. Las mariquitas se encuentran entre los organismos más pequeños, por lo que necesita un conjunto complejo de herramientas defensivas para garantizar sus posibilidades de supervivencia a largo plazo.
Entre las más beneficiosas de todas las adaptaciones de mariquita se encuentra la cáscara externa dura, que se llama elytra. Esta cubierta protege a las mariquitas vulnerables de los depredadores y contiene puntos brillantes para advertir a los posibles depredadores que las mariquitas son venenosas. Las mariquitas también secretan aromas potentes para mantener alejados a los depredadores y confían en sus fuertes y robustas alas para sacarlos de la tierra rápidamente cuando necesitan salir del peligro.