Ethos, pathos y logos son tres formas de persuasión o argumento articulados por primera vez por el filósofo griego Aristóteles. Ethos hace un llamamiento a la ética, patética a los sentimientos o emociones y logotipos a la lógica.
Una apelación a la ética se basa en la credibilidad, la competencia y la reputación de la persona que presenta el argumento. Una persona considerada como una autoridad en el tema del que está hablando haría un argumento de esta naturaleza. El argumento se basa principalmente en confiar en la opinión o el análisis de una autoridad o experto en lugar de presentar evidencia directa y prueba de que cualquiera puede seguir el argumento.
Una apelación a pathos es un argumento emocional. Argumentos de esta naturaleza pueden dirigirse a sentimientos comunes, valores culturales compartidos o estructurarse para manipular y provocar una respuesta emocional directa. La persona que hace el argumento busca hacer que el oyente se identifique con ellos.
Una apelación a los logotipos es un argumento lógico. La credibilidad del argumento se basa en su consistencia y estructura interna, así como en la evidencia presentada en su apoyo. Los argumentos lógicos se dividen en tipos inductivos o deductivos.
Un argumento puede ser de solo uno de estos estilos, pero Aristóteles creía que un argumento efectivo necesitaba una combinación de las tres cualidades.