Dependiendo de la cultura específica o de la mentalidad espiritual, el pavo real simboliza la sabiduría, la integridad, la dignidad, la belleza, la inmortalidad, la paciencia, la bondad, la compasión, el amor, la crianza, la buena suerte, la mala suerte o la renovación. Los antiguos cristianos asociaron el pavo real con la resurrección de Jesucristo porque el ave arroja sus plumas cada año y crece otras nuevas.
Algunas culturas creen que los pavos reales protegen las puertas de entrada del cielo, mientras que otras creen que las plumas de pavos reales que se exhiben en una casa traen mala suerte. El hinduismo asocia el pavo real con una deidad que simboliza la paciencia, la compasión, la bondad y la buena suerte. El budismo ve al pavo real como un símbolo de la sabiduría. Los japoneses atribuyen buena voluntad, amabilidad y amor al pavo real. Para los nativos americanos, el pavo real representa la belleza, la dignidad y la integridad.
En la mitología griega, Zeus tuvo un romance con una ninfa, y cuando su esposa Hera se enteró, convirtió a su esposo en una novilla blanca. Ella convocó a su sirviente Argus para vigilar a la novilla con sus 100 ojos. Sin embargo, Zeus envió a Hermes a tocar una canción de cuna en su flauta para que los ojos de Argus se cerraran en el sueño. Cuando se cerraron los 100 ojos, la novilla huyó y Hermes mató a Argus. Hera cerró la situación colocando un patrón de ojo en la cola del pavo real para siempre.
