Un pulso normal para una persona en reposo completo debe oscilar entre 60 y 100 latidos por minuto, según la Asociación Americana del Corazón. Sin embargo, una frecuencia cardíaca más baja no es necesariamente indicativa de una enfermedad o condición amenazante.
La American Heart Association informa que una frecuencia cardíaca inferior a 60 latidos por minuto es común en atletas o personas que son físicamente activas, así como en personas que toman un bloqueador beta o un medicamento similar. Otros factores que pueden afectar la frecuencia cardíaca incluyen la temperatura del aire, la posición del cuerpo y el tamaño del cuerpo. Los adultos obesos pueden tener tasas de reposo más altas, pero aún así no suelen superar los 100 latidos por minuto. La frecuencia cardíaca acelerada, conocida en terminología médica como taquicardia, puede ser causada por numerosos factores, como fatiga, ansiedad o consumo excesivo de alcohol, consumo de alcohol o cafeína.