Dejar un horno encendido puede provocar graves riesgos para la salud y, en última instancia, la muerte. Dejar un horno eléctrico encendido y desatendido puede provocar quemaduras graves o incendios en el hogar. Si un horno de gas se deja encendido y desatendido, se puede producir una intoxicación por monóxido de carbono, al igual que quemaduras graves o incendios.
Respirar una cantidad moderada de monóxido de carbono puede causar síntomas como mareos y náuseas, mientras que respirar en cantidades altas puede ser fatal. Cientos de personas mueren a causa de la intoxicación por monóxido de carbono cada año como resultado de dejar encendida una estufa de gas durante períodos prolongados. El monóxido de carbono es imposible de detectar sin un detector especial porque no tiene olor.