Debido a que el amoníaco reacciona con la lejía para producir humos tóxicos, la inhalación de los vapores que salen de esta mezcla probablemente causará intoxicación y una emergencia de salud grave. Los vapores de amoniaco están descritos por Reference.com como severos.
Cuando la lejía y el amoníaco se mezclan, su reacción genera una larga lista de compuestos adicionales, casi todos los cuales son tóxicos. Según About.com, estas reacciones químicas incluyen ácido clorhídrico, cloro gas e hidracina. El gas de cloro es tan tóxico que se usó como un arma durante la Primera Guerra Mundial. La hidracina es volátil e incluso puede explotar si está presente en concentraciones suficientes. El ácido clorhídrico es un ácido poderoso que puede causar quemaduras químicas graves en tejidos expuestos, como la tráquea, el esófago y los pulmones.
Cualquier persona que haya estado expuesta a estos productos químicos debe buscar tratamiento médico de inmediato, especialmente si los productos químicos se inhalan. Los Institutos Nacionales de la Salud informan que la respuesta del paciente al tratamiento médico depende en gran medida de la rapidez con la que los químicos presentes en el cuerpo pueden neutralizarse o diluirse. Cualquier persona que esté cerca de una descarga de estos humos debe abandonar el área y llamar a la línea directa local de control de intoxicaciones para obtener asesoramiento.