Si una persona que toma litio para controlar las fases maníacas de la depresión bipolar deja de tomar el medicamento repentinamente, la frecuencia y gravedad de los estados maníacos pueden aumentar. Si se prescribe litio para reducir el riesgo suicida en un bipolar paciente, un cese repentino puede causar que vuelvan los impulsos suicidas, explica WebMD.
Por lo general, se requieren varias semanas de uso de litio antes de experimentar los efectos útiles. Por lo tanto, una persona que ha estado usando el medicamento durante un corto período de tiempo puede no notar ningún cambio por un cese repentino. No se sabe exactamente cómo el litio estabiliza los estados de ánimo en pacientes maníaco-depresivos, pero los médicos confirman que el medicamento actúa sobre el cerebro y la médula espinal, señala WebMD. El litio puede promover el crecimiento y la salud de las células nerviosas en el cerebro que regulan el estado de ánimo, la cognición y el comportamiento. Esto les da a los pacientes bipolares un mayor control sobre sus emociones y patrones de sueño, ayudándolos a sobrellevar mejor la vida diaria.
El litio se usa para tratar el componente de la manía de un trastorno bipolar o maníaco-depresivo, según la Clínica Mayo. Los estados maníacos involucran estados de ánimo muy excitados de ira e irritabilidad o una mayor sensación de bienestar y euforia. El litio puede afectar la función renal o tiroidea, por lo que se requieren análisis de sangre regulares, de acuerdo con WebMD. Las cantidades de la droga deben permanecer constantes y niveladas en el cuerpo para lograr la máxima efectividad.