La reina Isabel I (1533-1603) fue la reina más gobernante de la historia inglesa. Sus dos mayores logros fueron el restablecimiento de la Iglesia de Inglaterra y el fin de la guerra con Francia que estaba en marcha cuando tomó el trono. Su reinado de 44 años también vio varias victorias militares.
Elizabeth condujo a su gente a través de un tiempo tumultuoso de agitación política y religiosa. Inglaterra estaba dividida en temas religiosos cuando llegó al trono, y Elizabeth respondió con una declaración de que solo había un Jesucristo y que el resto de los asuntos relacionados con disputas religiosas en ese momento eran triviales. Pidió la aprobación del Acta de Uniformidad, que permitió la creación de un libro de oración común e hizo mucho para sanar las divisiones religiosas entre católicos y puritanos en ese momento.
La derrota de 1588 de la Armada española bajo el gobierno de Elizabeth es ampliamente considerada como uno de los mayores logros militares en la historia inglesa. Esta derrota protegió a Inglaterra de la invasión de España y estableció a Inglaterra como una fuerza a tener en cuenta.
Elizabeth se conoce a veces como la Reina Virgen, debido al hecho de que nunca se casó ni tuvo hijos. Aunque tuvo una larga relación con el cortesano Robert Dudley, Elizabeth presentó la imagen de estar casada con su trono.