Una célula de pulpa de tomate contiene citoplasma, que es un material viscoso que contiene los orgánulos de la célula. Estos orgánulos incluyen cloroplastos, mitocondria y ribosomas. La célula está rodeada por una pared celular rígida que encierra la membrana celular. Esto es diferente de una célula animal, que no tiene pared celular.
Otra diferencia entre la célula de tomate y una célula animal es que tiene una gran vacuola, que es un espacio lleno de líquido. La vacuola ayuda a la célula a conservar su forma. La célula de tomate también tiene cloroplastos, que producen moléculas de clorofila. La clorofila utiliza la luz solar para realizar la fotosíntesis. Debido a que el tomate es una fruta, la célula también contiene amiloplastos, que son cuerpos que almacenan almidón y lo convierten en azúcares cuando la planta tiene poca energía.
La célula de pulpa de tomate es como una célula animal en que tiene un núcleo. El núcleo está recubierto y protegido por una membrana nuclear y contiene orgánulos como el núcleo. También contiene el ADN de la planta de tomate y guía muchas de las funciones de la célula. El nucleolo tiene el ARN de la planta.
La mitocondria es un orgánulo en forma de barra que convierte la energía que se encuentra en la glucosa, un azúcar simple, en trifosfato de adenosina, que la célula puede usar fácilmente. Los ribosomas ayudan a la planta a producir proteínas.