El sistema digestivo de una rana se compone de esófago, estómago, intestinos, recto, cloaca y cloaca. Los uréteres vacían los riñones en la cloaca para su excreción. Otros órganos involucrados en la digestión en los anfibios son el hígado y la vesícula biliar.
Las ranas tienen un sistema digestivo muy similar al de otros organismos vertebrados. La comida arrastrada por la lengua larga de la rana se traga entera y se desplaza por el esófago. Aunque las ranas se tragan la comida entera, tienen dos juegos de dientes: vomerina y dientes maxilares. La glotis evita que las partículas de alimentos entren al tracto respiratorio, mientras que la vesícula neutraliza los alimentos digeridos en el estómago y almacena la bilis.
Los alimentos químicamente digeridos salen del estómago a través del esfínter pilórico. El conducto hepatopancreático excreta enzimas en el tracto digestivo para ayudar a la digestión. La campana del intestino absorbe la nutrición de los alimentos, mientras que los desechos de la digestión y los desechos urinarios de los riñones se acumulan en la cloaca. Los residuos se excretan de la abertura cloacal.
El sistema digestivo de la larva de la rana, el renacuajo, es muy similar. La comida viaja a través del tracto digestivo, comienza en la boca y pasa por el esófago, el estómago y los intestinos. Sin embargo, en los renacuajos, los desechos se excretan a través de la pared del cuerpo.