Un mal padre es un hombre que no está presente en la vida de un niño o que está en la vida de un niño, pero es una mala influencia. Un mal padre descuida sus responsabilidades hacia su familia en muchos niveles. No proporciona un buen modelo masculino para sus hijos o un modelo de esposo amoroso para sus hijas.
En opinión de Flora Richards-Gustafson en Global Post, un mal padre no le da a su hijo o hijos amor incondicional, independencia, flexibilidad o un buen ejemplo a seguir. Los malos padres pueden, por su influencia, llevar a los niños a adoptar algunos de los mismos rasgos y comportamientos negativos. Si un padre es abusivo, violento, condescendiente o controlador, puede dañar los puntos de vista de sus hijos sobre las relaciones y las personas que los rodean.
Un padre que no contribuye a la vida familiar puede ser una carga y no un apoyo necesario. Si él no defiende a su familia y la protege de cualquier daño, está descuidando sus deberes principales. Los malos padres a menudo crean relaciones tensas con sus hijos al proporcionarles muy poco afecto y amor, o al estar ausentes de las vidas de los niños. Un padre estricto y de mente cerrada que se niega a escuchar a su hijo está fomentando el resentimiento de la autoridad en ese niño. Por otro lado, un padre egocéntrico y un mal disciplinado le da a su hijo menos respeto por los adultos en general. Ser un buen padre no es fácil; requiere amor, autodisciplina y desinterés. Los buenos padres no se rinden ante sus malos impulsos y tratan de hacer lo mejor que pueden por sus familias.
