La piel excreta los productos de desecho y las feromonas a través de la transpiración. Es parte del sistema de excreción, un sistema biológico pasivo que está diseñado para eliminar los desechos del cuerpo.
La función de la piel de la eliminación de desechos es esencial para el cuerpo como parte de un sistema biológico más grande de eliminación de desechos. Las glándulas sudoríparas ayudan a liberar al cuerpo de los desechos nitrogenados dañinos, como la urea, el ácido úrico y el amoníaco. Una acumulación de estos desechos podría causar efectos adversos en el cuerpo.
Algunas excreciones de la piel sirven como agentes protectores contra los elementos externos. Las glándulas sebáceas en la piel excretan el sebo, una sustancia grasa que sirve como repelente al agua y ayuda a que la piel retenga una textura suave. El sebo también sirve como un agente antibacteriano y antifúngico natural. El sebo puede hacer que los poros se obstruyan en ocasiones, lo que puede causar que se forme el acné.
Cuando la temperatura corporal es demasiado alta, las glándulas sudoríparas de la piel causan transpiración, una excreción a base de agua que ayuda a regular la temperatura corporal. La sal en el agua ayuda a que el sudor se evapore, actuando como un refrigerante para el cuerpo. Este proceso ayuda a regular los niveles de sal del cuerpo.
La piel es un órgano protector, que absorbe y excreta. Toma oxígeno y nitrógeno, así como otras cosas necesarias para mantenerlo saludable.